¿Qué hay en el bolso de una mamá?

Hay infinidad de cosas que cambian cuando una mujer se convierte en madre. Una de las más curiosas es el bolso, que pasa de ser un discreto complemento donde llevar lo básico (dinero, tarjetas, maquillaje) a convertirse en un pozo sin fondo donde aparecen las cosas más insospechadas.

La llegada de un bebé hace que cosas que nos parecían imprescindibles se nos olviden, y en cambio descubramos algunas sin las que no podríamos vivir. Haciendo un rápido repaso por mi propio bolso, vamos a ver algunas de las cosas que encontramos.

Los imprescindibles del bolso de una madre

 

Esta es la lista de cosas que he elaborado según mi propia experiencia. Seguro que hay mil cosas diferentes según cada una...¡pero apuesto a que coincidimos en unos cuantos!

- Pañales: Creo que habrá pocas cosas más desesperantes que quedarse sin pañales a mano en un mal momento...por cierto, recuerda que hay muchos tipos de pañales, ¡anímate a descubrir los pañales de tela, te conquistarán!

- Muda de ropa: Por si ocurre un accidente (ver punto anterior) siempre llevo a mano una muda de ropa de mi hijo. Además, ya sabéis lo “pesadas” que somos las madres con que los peques no pasen frío, así que siempre guardo una chaqueta por si refresca (lo sé, como las abuelas).

- Neceser de higiene: Un pequeño neceser con todo lo que puedo necesitar, desde cremas para el culito, polvos de talco, hasta agua de colonia, unas pequeñas tijeras... hasta un botiquín básico por si se caen en el parque.

- Juguetes: Desde cosas para pintar y entretenerse a pequeños cacharritos que aparecen (a veces no sé ni de donde salen). Peluches, cochecitos, muñecos, helicópteros---y, muy importante, mordedores.

- Toallitas húmedas: Creo que es el gran descubrimiento de la maternidad, pocas cosas hay que tengan tantísimos usos. Limpiamos todas las manchas con ellas, yo he llevado de distintas marcas como Pampers, Bebe Jou y Bambino.

- Comida: Galletitas, zumos frutas, bocadillos para la merienda...es inevitable que el bolso acabe lleno de migas, por no hablar de la aparición de las golosinas que se pierden por los bolsillos y aparecen duras como piedras. Pero lo que siempre es fundamental es un buen termo para conservar la bebida caliente.

- Babero: Consecuencia directa de la presencia de comida en el bolso, un babero siempre viene bien, normalmente son de tela porque ocupan menos, pero cuando salimos a comer, por ejemplo a un restaurante, suelo llevar un babero de los que tienen “recogemigas”

- Cosas de mamá: Aún queda un pequeño espacio en el bolso que sigue siendo sólo para mi, un neceser bonito donde llevo algo de maquillaje (que luego nunca tengo de usar, pero me gusta tenerlo), y por supuesto los básicos: llaves, cartera y móvil.

Laura Salas. Mamá Ahorradora

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